jueves, 14 de enero de 2010
No hay tutía
El asedio de las condiciones climáticas y geográficas en las que se desarrollaron los árabes hizo que prestaran especial atención al tratamiento de las enfermedades de los ojos.
Descubrieron que un residuo, el óxido de zinc, que quedaba luego de la fundición del cobre tenía extensas propiedades antibióticas en el tratamiento de afecciones oculares. Y lo denominaron TUTTIA (con acento en la u) lo que en español derivó en ATTUTIA, o TUTÍA. De esta voz se originó la expresión "No hay tuttía", queriendo significar que algo no tiene remedio o solución.
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