Después del latín, el idioma que más aportó en la formación de la lengua española o castellana, sin dudas ha sido el árabe. Desde el siglo VIII hasta el XV, con la llamada "expulsión de los moros de España" (en el infame año de 1492) el por entonces naciente idioma español se constituyó como un derivado del latin vulgar, más la contribución de miles de palabras y expresiones que los araboparlantes aportaron a lo largo de casi ocho siglos, y que siguieron haciendo hasta la actualidad. Muchas le son propias. Otras son de origen
Sánscrito,
Farsi,
Pashtu,
Griego, etc, y se arabizaron fruto del intercambio comercial y cultural de los
pueblos.
Recordemos que en la Edad Media el árabe era idioma de erudición en
Occidente, y gracias a los escritos árabes se conservaron y más
tarde recuperararon los aportes y conocimientos de los clásicos griegos.
De las palabras que conforman el idioma español, aproximadamente unas
4000 voces provienen del árabe. Gran parte de estos vocablos es facilmente identificable por comenzar por la partícula "al" o "a", único artículo determinado en este idioma, y que dependiendo del caso puede significar
el, la, los, las, o lo. Algunas de estas palabras cayeron en desuso, otras se siguieron usando sólo en la península ibérica mientras que otras se afianzaron en el español del Nuevo Mundo.
Básicamente se incorporaron palabras del ámbito de la
Astronomía, Arquitectura, Medicina y Química y Alimentos, disciplinas todas ellas en las que los árabes se desarrollaron notablemente.